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El yoga contemporáneo es yoga del cuerpo

Por: Vanessa I. Larios, Doctora en Filosofía.


Yoga significa muchas cosas según la época, la tradición o el objetivo que se busca. Es un error común decir que yoga significa "unión" como si éste fuera su único significado. El yoga no puede definirse desde una única perspectiva porque además va cambiando, no es algo estático sino algo vivo, algo en movimiento. En los 15 años siendo maestra de yoga y los más de 6 que llevo impartiendo cursos de Filosofía del Yoga he visto, con cierta extrañeza, que los practicantes se sienten decepcionados al enterarse de que, históricamente, el yoga que se practica hoy no tiene 5000 años sino, a lo mucho 100, es decir, que el llamado yoga postural no proviene de un linaje directo del hathayoga medieval, ni del yoga descrito en los Yogasutra de Patañjali, ni mucho menos de los Vedas; sin embargo, el yoga contemporáneo posee elementos yóguicos antiguos (como los ejercicios de respiración, el canto de mantras, uso de bandhas, mudras y meditaciones) y que, justo por esa familiaridad, le llamamos "yoga" a una práctica donde aparecen esporádicamente estos elementos pero donde casi siempre predominan las posturas. Me refiero concretamente a las clases de hatha, vinyasa o ashtanga con todas sus variantes. En este yoga, el asana es el protagonista. Esto es una paradoja, ya que las posturas nunca fueron en sí mismas el centro de la práctica yóguica antes del siglo XX, ni siquiera en el hathayoga. Por supuesto que hace unos 1000 años se hacían posturas (32 aproximadamente), pero éstas eran solamente una parte de la disciplina y no la parte central o predominante, como sí lo es, en cambio, ahora. Entonces, si el yoga que practicamos hoy no tiene más que algunos rasgos del yoga de la antigüedad, ¿qué es el yoga contemporáneo?

En realidad se trata de un mestizaje. El yoga que hacemos actualmente en los shalas es una compleja mezcla de distintas técnicas de cultura física provenientes de la danza, la gimnasia o el culturismo occidentales, y otro tanto de la propia cultura física yóguica de la India...Esto significa que el yoga que practicamos es un mar donde confluyen diversas corrientes, es la combinación de asanas y de técnicas físicas occidentales. Algunas de las posturas provienen del hathayoga antiguo pero la mayoría son una creación del siglo XX en adelante.



Por alguna razón, a veces esta verdad decepciona al yogui contemporáneo que desearía estar realizando prácticas milenarias y no es así del todo. El yoga basado esencialmente en las posturas es un fenómeno del yoga ya globalizado y moderno, y los yoguis contemporáneos nos parecemos poco a los yoguis de la antigüedad. No obstante, hacemos yoga cuando nos sentamos sobre nuestro mat en postura de loto o postura fácil, cerramos los ojos y respiramos profundo...no somos los ascetas viviendo en una cueva y ayunando 40 días o yoguis errantes meditando por años en medio de la selva sobre pieles de tigre, no, pero sabemos cosas distintas sobre el mundo y sobre nuestro propio cuerpo, sabemos un poco o bastante más que el ser humano de hace 100 ó 5000 años. Entonces yo me pregunto, ¿por qué tendría más valor una práctica milenaria que una re-evolucionada práctica que mezcla lo mejor de distintas técnicas? ¿Por qué el yogui contemporáneo desearía estar imitando técnicas antiguas en lugar de las actuales que heredan el vasto conocimiento de diferentes culturas tanto físicas como espirituales? Es como negar la riqueza de las generaciones o los años de investigación y desarrollo científico y cultural. He escuchado por ahí varias veces: "un parado de manos o ponerse la pierna atrás de la cabeza no es yoga". En parte sí y en parte no. ¿Cuál es la intención detrás de esta sentencia contra la postura? ¿será una sentencia contra el cuerpo? Si bien es cierto que yoga no puede ser sinónimo de asanas, también es cierto que en la actualidad falta reconocer el valor de las asanas, porque las asanas que se practican hoy son un conocimiento detallado de las posibilidades extraordinarias del cuerpo. Nos encontramos en medio del desarrollo de una nueva generación de yoga. Es el yoga del cuerpo. Pero no de un cuerpo meramente físico, sino de un cuerpo que es vida en todas sus dimensiones: biológica, social, cultural, política, artística...Hacer yoga con el cuerpo en este sentido es un campo que a penas empieza a explorarse, a pensarse, a caminarse.

Foto: Pablo Maha y Gokulacandra

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